lunes, 29 de agosto de 2011

Tal vez me recuerdes por aquel poema


Tal vez me recuerdes por aquel poema
que jamás he escrito sobre tu piel
y pretendes borrar con lágrimas, tal vez.

Tal vez, me recuerdes entre acertijos,
al costado de tu llanto,
en un rincón lejano y orgulloso, tal vez.

Tal vez en verdad te haya escrito
el octavo terceto y sea muerte en verso,
jamás en cuentos que se mueren de nada.

Tal vez escriba demasiado en ningún jamás,
y los sueños duerman contigo, luz de miedo,
ilumina todo aquello que no existe.

Tal vez me hayas olvidado, es tan fácil,
no son necesarios ni los secretos sagrados
ni el credo ni los divinos orgasmos, tal vez.

Tal vez me recuerdes aquí, debajo de la nada,
justo dónde los recuerdos se hacen a la mar,
y navegan en avenidas sin café, tristes, tal vez.

viernes, 26 de agosto de 2011

Poema acústico


Pasos acuáticos,
en el rincón temible
de los suelos acústicos
y la nada espera en un renglón

Escisión la del verbo fácil,
nunca antes con su todo nada,
y tú rompiendo los acordes del silencio.

Perdido estoy,
el vino no recuerda camino
de los sucesos rotos,
las muecas deciden gritos y otras mentiras.

Pasos acústicos,
dónde y más, estoy contigo
cada día menos, cada segundo más.

Porque escribo,
aunque no me temas,
y dejar de escribir sea
tu arrojarte al Sena.

Porque no sé cuáles,
cuántas fórmulas deciden tu sonrisa,
cómo hacen los relojes para no morir.

Porque te escribo,
porque apenas si respondo con versos,
porque nunca me has leído.

Porque todavía existen palabras
que no me has dicho, miles de bichos
que no han muerto y tu sonrisa brilla demasiado.

jueves, 25 de agosto de 2011

Poema anverso


Volver de los ecos,
ingrato aquél verbo triste
post de lo pasado, disolver,
está demasiado triste,
tanto que ya ni padece de amor.

Un rugir de mariposas,
no las que vomitas
con cada anverso de hojas,
y después sólo el vino
dibuja lápices de colores.

Cantar subdesdén
de martillos alternos,
toda vez cantarte y cuento,
es una historia histeria.

Volverte de los sueños
a realidades incesantes,
cambia la pasión y los ocasos,
cambian también los versos.

Te leo en el anverso
de este poema, te releo
en algún homicidio de primer desorden,
y aprendo comas y signos exclamatorios,
aunque hayas partido, eso creo.

martes, 23 de agosto de 2011

Poema zeta


Susurro, equis y demás vocales gratas,
la más terrible de tus bocas,
el miedo que bebes de mi copa,
saber tu nombre y no lamer tus labios.

Dime cuánto, cada cierto miedo,
de miles que musitas, de todo lo que amas,
zeta y demás orgasmos nuestros,
saber tu piel y no romper recuerdos.

Susurro equis y zeta, cada fiero orgullo
que dejas en la nevera, frío y ardiente,
corazones varios los que devoras,

sin padecer infiernos, te amo
aquí, justo en el después,
sobre cada viernes desdén de jueves.

domingo, 21 de agosto de 2011

Poema piel


Toco tu piel, suave y desnuda,
huele a sexo nuevo, a miles de orgasmos
aún muertos entre silabas y frases.

Toco tu piel desnuda, juego con tu seno
y en infinitos círculos paralelos llego,
desde aquí, hasta tu sexo libre,
huele a sexo y venas, huele triste.

Toco tus dedos y cada poema
que inventamos en la cama,
se escribe con semen y amor sudante,

Hacer el amor como quien inventa
algoritmos, a veces buenos, a versos tiernos,
toco tu piel desnuda para amarte.

jueves, 18 de agosto de 2011

Poema a deshora


Y te das cuenta que la vida
no es prestada, ni siquiera
es vida,

y te lees en un diario,
un común denominador,
es vida,

algún anuncio
para aquellos muertos
es falso,

y acecho la sombra
desde el lado oblicuo
es nada,

me dueles un poco,
justo en el después,
aquí,

y escribo equis
y grafías varias
es todo,

bebo el vino
de tu abdomen
pues gracias,

vienes y vas,
en verdad hace mucho,
es mejor,

haberte ido
lejos, y más,
es desamor,

te extraño,
te duelo
es poema.

martes, 16 de agosto de 2011

Poema sueño


Este poema sueño,
esta ausencia de nada cuando eres,
me hacen falta tus dedos,
falta, aquella, la ingrata agonía del suicidio
no me dignes ni reniegues de la luz oscura, a
aunque sea tuya o sea nuestra.

En este poema te sueño
sólo para escribirte,
sólo para saber si existe
un lugar batracio ético y sincero
donde pueda morir al son de un verso.

Este sueño, poemarte de memoria
y salir del fuego para quemar tu odio
en el más frío lamente de tus labios,
huir contigo, por aquí y donde seamos
aquellos viejos mimos sabios.

Este lugar no es un poema
este poema no es un sueño
y este sueño tal vez dibuje demasiado
sobre tu espalda aquel poema sueño.


jueves, 11 de agosto de 2011

Jamás


Jamás me suena a tu nombre,
me sabe a olvido latir,
y siento aquellos miles de bichos
que matas con tus manos.

Nunca me suena a regreso,
a no salir de estas tres paredes,
a segundos sin miel,
y debo escribir muy cerca.

Cruje el don de los relojes,
mentir y no decir adiós,
la vida se pasa con vicios,
y cartas de amor rotas y jamás escritas.

Destellan las pasiones,
no son buenas ni malas,
no en esta vida ni en aquella muerte,
y escribo todos los días para conocerte.

Soledad y Miedo


El miedo sube y se aloja,
y cierra todas las puertas
que abre con sus dedos.

La soledad es un animal
inmenso, tal vez un ciempiés,
con tres maneras de decir adiós,
pero jamás lo hace pues no sabe amar.

Los bordes desdenes del miedo
lamen la miel y demás baratijas,
asume la crueldad como propia.

Su inmensidad no le permite
recostarse sobre nosotros,
más bien diría se tiende a nuestro lado,
a veces nos persigue sin saber que la buscamos.

Es el féretro quién los encadena,
es la sola muerte quién los enamora
a versos, a veces cortos a veces largos,
a versos obituarios, somos nosotros
los que hacemos que engendren nuevos dolores.

sábado, 6 de agosto de 2011

Quizás

Quizás te sea indiferente,
tal vez éste tal vez haya muerto
sin darme cuenta,
quizás duelas en madrugadas
como respuesta evolutiva,

tal vez te escriba desde
mi recóndita desesperación
tal vez lo intuyas, tales besos
para tal ausencia,

quizás lo sepas y requieras
algunos otros detalles,
sólo te hacen falta,
el amor y aquellas otras
pequeñas muertes que inventamos.

A versos

A versos te recuerdo,
a veces te quiero demasiado,
no vayas a llegar con tu ausencia
en brazos, no me digas nada
que sea todo lo que hiere y profese.

A veces escribo sobre tu espalda,
a veces eres un poema,
a versos sólo algún obituario,
que pretende escribir jazz
y muertes vanas, partituras
del dolor y lágrimas.

Te siento

Te siento desnuda y ajena,
al borde de los ecos, juntas los pedazos
de otros fonemas para siempre.

Me iré cuando acabe este orgasmo,
para volver sólo si has partido,
y dejarnos siempre como nunca.

Te siento, debo decirlo,
lejana como las voces en celo,
perdida en algún otro soneto.

Te siento cada verso menos,
te escribo sólo para dejar constancia,
que esta noche fue y dejará de serlo.

Me iré, días y noches, me iré,
contigo en el bolsillo,
al menos en aquél poema.

Te siento y no, te escribo,
después de esta noche noche,
no te olvides del amanecer conmigo.

Me iré pues hace mucho,
demasiado, que ya no estás,
no te siento cuando eres y menos hoy.

Te siento desnuda y ajena,
perdida en algún otro soneto,
terminemos de partir al menos en este poema.

martes, 2 de agosto de 2011

Poema para alguien

Escribo para nadie,
para ser leído por ése alguien que desconozco
y muero, para escribir los sueños y las venas,
escribo para alguien.

Escribo para serte nadie,
un inconexo filamento de los duelos,
escribo para serte y nada, morir
alguna vez siquiera, no de muerte,
sino de algunos versos.

Escribo para alguien,
quisiera saber quién y cuándo,
tal vez reconocer tu acoso, y decir
el amor muere dos veces en sonetos,
escribo para alguien.

lunes, 1 de agosto de 2011

Estás ahí justo aquí

Estás ahí, en el versículo
33 después del verso triste,
estás aquí debajo del landó,
nunca antes y siempre por ahora,

sólo el vino y lo relojes
saben de tus dedos,
estás ahí en el trueno virgen,
en la emoción sórdida,
cantar para morir y morir sin ser sido,
estás aquí en los buenos días,

haciéndole falta a las ventanas,
rezando santos y terribles óleos
para estar despierto cuando amanezca,

amanecen muertes,
estridentes y mágicas,

estás ahí, después de la gloria eterna,
en el reglón perverso de la frente divina
y como nadie, en un lugar privilegiado del olvido,

estás ahí, a unos cuantos kilobytes,
para recorrerlos al son de almohadas,
estás y no estoy, y no le hago falta a nadie,

nadie siente relojes permanentes,
baratos arquetipos y procesos sin fiebre,
estás ahí justo aquí.